miércoles, 22 de octubre de 2008

Razón No Existe

Volver a creer. Escuchar de improviso el tronar de ese motor. No me pidas una moneda hoy. Espero otro, pueda dártela. GRAFITIS… ¿Cómo concluyó aquel fin que consciente, debí iniciar? ¿Dónde retendremos estas sensaciones que genera el simple oír? Seguro ya te lo preguntaste… Se del tormento de tu ayer: no menos difícil, el Hoy. ¡Sabelo! comprendo lo profundo de tu enojo con Dios. Diría, desazón... Si arrojaste el búmerang y su planeo aun no es visible no te angusties, esto no termina acá. Procuraré sostenerte hasta que ese vuelo, tus manos alivie. TE QUIERO… Aquello sonó como en un templo. Idiota. Dependiente como nosotros al futuro: Así revivo. Ya no indagues… ¡Ahora, que la lluvia cese! Razón no existe de temer al Sol. Y la vida no merece transcurrir escribiendo sobre tristezas, no. No sin antes, haberte conocido.
David M. Lampertte