miércoles, 15 de junio de 2011

Pepinos, hipotecas e incongruencias, de Vicente Boix

Pepinos, hipotecas e incongruencias

Vicent Boix.

Escritor, autor del libro El parque de las hamacas. Artículo de la serie “Crisis Agroalimentaria”, ver más aquí.

Hace unos años España empezó a transformarse en una inmensa estepa de color marrón grisáceo, gracias a la expansión atroz de ladrillos y cementos. En la estela de semejante transformación y por inercia se generó riqueza, creció la economía y muchos se subieron en la cresta del “sueño ibérico”. Fueron los años de la España abducida y feliz. De la orgia económica colectiva. Del lujo para hoy escasez para mañana. Una lapidaria, repetida y mítica frasecita -hoy degradada a la categoría de timo de la estampita- resumiría aquellos alegres años: “Sí, mi casa me ha costado un riñón y parte del otro, pero yo he invertido en una vivienda porque los precios no bajarán, a lo sumo se mantendrán”.

Era el ciclo del pack: hipoteca, más crédito para muebles de diseño, más otro préstamo para un coche guapo, más otro para un viajecito por el Caribe para liberar tanto estrés acumulado. Todo con una nómina. Quién no se atrevía estaba lerdo. Mientras los bancos encantados, que cuando vino la mala “papá estado” ya se encargó del boca a boca revitalizante.

Se comenta esto porque en esa época dorada donde el consumismo adquirió rango de religión y en el estado español se vivía en una tómbola lisérgica de luz y de color, la agricultura y sus agricultores ya estaban en la UVI con encefalograma plano profundo. De hecho, desde hace lustros que el campo está de luto, en horas bajas y tocando fondo. Todo por una bacteria más dañina y peligrosa que la E. Coli, llamada economía de mercado, que ha permitido que multinacionales y grandes intereses económicos se hayan hecho con las riendas de la alimentación mientras ahogan y exprimen al pequeño agricultor y campesino. Una bacteria que ha condenado a la inanición a millones de personas. Que ha transformado la tierra y la vida en un gran negocio donde ya no es preciso generar alimentos, trabajo y futuro, y sí grandes réditos que unos pocos se reparten ante la desazón e impotencia generalizada de los agricultores.

Ante esa bacteria -que se reproduce en ministerios, parlamentos y cumbres de diversos organismos multilaterales- no ha existido esa indignación generalizada que ha surgido ahora ante las decisiones irresponsables, dañinas y precipitadas de ciertos estamentos alemanes ante la “crisis de los pepinos”. El rechazo social ha sido unánime y mucha gente se ha cabreado con el trato recibido, pero me da la sensación que este mosqueo tiene un origen más bien chovinista y patriotero similar al que brotó con la “ocupación de Perejil”, L’Estatut o el codazo a Luís Enrique.

La palma en todo este show se la ha llevado algún que otro medio de comunicación, de esos que, por una parte anuncian las ventajas de comprar la comida a los principales verdugos del agricultor (la distribución moderna y cadenas de supermercados), y que por otra se solidarizan, pepino en mano, con las desgracias de los agricultores ante la vejación recibida. Sin olvidar, por supuesto, el papel del “bipartidiato” que se ha turnado en el poder durante los últimos 30 años, que ahora clama justicia cuando durante años ha hecho oídos sordos a las quejas de una agonizante agricultura tradicional.

Pero, pasarán los meses, la E. Coli se olvidará (hasta que deje más muertos por ahí) y la “crisis de los pepinos” será historia. Y cuando esto suceda la bacteria sistémica del mercado libre seguirá campando a sus anchas para que los agricultores sigan sin cubrir costes, abandonando la tierra y claudicando ante los intermediarios y distribuidores. Todo para que estos últimos se enriquezcan y para que muchos ciudadanos que ahora se rasgan las vestiduras por los agravios que han recibido nuestros pepinos, puedan ahorrarse hasta el último céntimo al comprar un kilo de melocotones y así poder sufragar la hipoteca, los muebles de diseño, el coche guapo, el crucero en el Caribe, las cuotas del gimnasio y la cirugía estética para unos decaídos pechos. Melocotones por cierto, que tal vez se importen de países del sur porque allí los costes de producción son más económicos. De esta forma se machaca a los agricultores que ahora reciben la solidaridad colectiva ante el golpe alemán, mientras en los estados del sur la tierra se destina, no a la labranza de alimentos básicos para sus poblaciones sino a la siembra de cultivos que acaban en nuestros supermercados.

El consumidor ya sabe que la E. Coli es un clásico de los percances alimentarios. Pero hace unos meses fueron los piensos con dioxinas y agroquímicos también hallados en Alemania. Antes saltaron a la palestra las vacas locas, las gripes aviares y los pollos belgas. Ahora ya suena la campana en China con lo que podría ser otro episodio de inseguridad alimentaria y en un mundo globalizado el flagelo puede extenderse sin parar.

Y es que los “avances de la humanidad” no pueden contrarrestar estos incidentes porque predomina un sistema alimentario donde priva el negocio por encima de todo. Un modelo alimentario donde multinacionales y gobiernos apuestan por una agricultura intensiva a base de semillas transgénicas y agroquímicos. Un modelo alimentario donde los ganaderos alimentan a sus animales con piensos de dudosa procedencia. Un modelo alimentario fuertemente dependiente del petróleo. Un modelo alimentario sintético donde los sabores y los olores naturales se han substituido por sus sucedáneos químicos.

Por tanto, que se calmen los ánimos y que se pidan compensaciones pero sin estridencias. La Eurocopa es el próximo verano y los que simpaticen con la selección del deporte rey ya tendrán sus minutos de éxtasis. Quién en verdad quiera apoyar a los agricultores que escape de este modelo alimentario socialmente injusto, sanitariamente nocivo y ecológicamente insostenible. Que adquiera sus alimentos directamente del agricultor o en mercados y pequeñas tiendas de barrio asegurándose la procedencia, la calidad y el comercio justo. Que estos productos sean de temporada y a ser posible ecológicos. Que luche al lado de los campesinos para que éstos reciban precios dignos y no sean saqueados temporada tras temporada. Y si algún día usted ve a un grupo de “indignados” llevarse alimentos de un supermercado perteneciente a una cadena transnacional… no les silbe y apláudalos porque al fin alguien hizo justicia. Recuerde siempre que quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón.

Dos poemas de Rubén Vedovaldi


EL HOMBRE SE ME ROMPE DEPREGUNTAS

"Siento que sólo la sombra me alumbra."

Miguel Hernández

en este día me pregunto el mundo

toda la sangre la carne del miedo,

todo es dolor conmigo bajo el cielo;

el hombre se me rompe de preguntas

que me dejan el alma sin sosiego

en esta hora me duele el silencio

tanta nocturna nota tan profundo

caer sin fondo el hombre en desconsuelo;

hoy el amor se me quema en las manos

y en mis entrañas crece sólo hielo

en esta noche me pregunto el día

con la mirada transida de espanto

barre mi boca de barro este viento

toda la pena se tumba en mi lecho

y estoy hasta los huesos de quebranto

en este mundo me pregunto un mundo

soy llaga amarga que no cierra el duelo

está tan alto el pan tan agrio el vino

que ardo desnudo en mi pena llorando

por este día roto que no entiendo

Rubén Vedovaldi

LOS PÁJAROS MAÑANA

todavía está muy oscuro aquí abajo

hace mucho frío y la soledad es enorme

casi pareciera un sepulcro todo esto

a simple vista no se ve

pero hay un sueño

arde un sueño creciente inarrancable

ojo salvaje

neurona libre

a simple vista todo es cada vez peor

o siempreigualdemalynuncacambiará

pero el jaulón es viejo

tiene herrumbre

los pájaros que rompen el cascarón

son cada vez más

cada vez más

cada vez más pese al silencio

casi no tienen cielo los pájaros

no encuentran con qué alimentarse o donde trinar

pero hará falta un infierno

más grande que el sistema planetario

para tenerlos de alas caídas

un nudo en la garganta

pegados a la herida de su sombra

faltará espacio donde tenerlos atrapados

y tiempo para controlar a cada uno

un sueño anónimo crece y se expande

y faltará cemento

armado

para enterrarlo

Rubén Vedovaldi *

* (Copyright: Hecho el depósito de Ley 11.123.). Estos poemas son parte de mi libro CULTURICIDIO EN ARGENTINIEBLA

publicado por Ediciones "NO MUERDEN" Rosario -1991

Rubén Vedovaldi: Nace en Rosario, provincia de Santa Fue, Argentina, el 1º de julio de 1951.

Obra poética :“Culturicidio en argentiniebla” y “Problemas para quedar mal con dios y con el diablo” Ediciones “No muerden” Rosario, 1991;

Laurel de fuego & Boca de tormenta, Ediciones EN LA CLARIDAD DE LA NOCHE, Bs. As. año 2008.

Desde 1977 escritos suyos de poesía y prosa figuran en revistas y antologías nacionales y extranjeras.

Participó en los videos: “La imagen del poema” realizado por Denise Almeida Rosario, 1994;

“La única ciudad” video editado por librería Homo Sapiens, Rosario, 1995,

Grabó el disco compacto “Cuando la palabra canta” –canciones y poemas- con el músico Carlos Medrano, 1999 y el disco compacto “Palavra livre ” (2004) muestra fonográfica del taller de escritura homónimo, que coordina desde 1988.

Incluido en las antologías: PUENTES DE POESIA ARGENTINA MEXICO Ediciones Kosmos, 1977;

MESTER DE JUGLARÍA, Argentina-España, 1978;

LA ÚNICA CIUDAD compilada por Eduardo D'Anna para Editorial Homo Sapiens, Rosario, 1994

ANTOLOGÍA MUNICIPAL DE AUTORES BERMUDENCES , 1996.

y POESÍA Y POETIZAR selección de Daniel Serra Imago Mundi, Buenos Aires, año 2010, entre otras.

Algunos de sus poemas fueron traducidos al italiano, portugués y catalán.

A pesar de los Hipermercados sin amor, de la Oficina de Vigilancia del Vaticano, de la música de plástico, del cine chatarra,

del evangelismo industrial-bélico, del Fondo Monetario, del Cambio Climático y de otros censores, no compra oro ni euros ni dólares

sino que difunde poesía propia y de autores en micros de emisoras radiales de frecuencia modulada y en sitios de internet como

LA MAS MÉDULA, ISLA NEGRA, POEMANÍA, GACETA VIRTUAL, AL LADO DE TU FANTASMA,

y LA MÁQUINA DE ESCRIBIR. Sobrevive en el pueblito perdido de Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe, Argentina. Famélica Latinta.Planeta Guerra-perdón, quise decir planeta Tierra-.

lunes, 13 de junio de 2011

Azul profundo. Por Xavier Fonseca

Azul profundo en tus ojos,

Océano de mis perdiciones

Que en dulce espera turbulenta

Enciendes mis pasiones.


Azul profundo en tu alma,

Espejo de tu vida

Tierna y larga despedida

De quien no volverá jamás....

martes, 7 de junio de 2011

Aires de Dulzura, poesía neomasónica de Hellen Da Silva

Aires de Dulzura

Acarician el Templo Sagrado

Como aves etéreas al viento

Suenan los Tres Bemoles

De la Flauta Mágica.


Encandilan sus luceros

El suave terciopelo gris

Que cubre al compás sincero

Que orienta tu corazón.