domingo, 9 de noviembre de 2008

Relato: El Oasis. Luis Alberto Chinchilla Elizondo (Costa Rica)


Hace muchos años, allá en la lejanía de un desierto, un Mercader encontró un Oasis y decidió establecerse en ese lugar con su familia, construyó algunas tiendas de campaña y le daba agua, alojamiento y alimentación a los forasteros que pasaban por allí a cambio de algún dinero.

 

 Un día pasó un forastero que hizo amistad con el mercader, al día siguiente cuando se iba a marchar el forastero dijo no traer dinero pero a cambio le entregó una piedrecita, a lo que preguntó el mercader: - ¿qué piedra era esa? El forastero le indicó que allá muy lejos existen unas minas dónde extraen de estas piedras y son muy valiosas,  - ¿cómo se llaman? preguntó el mercader,  - le dicen diamantes, respondió el forastero y se marchó.

 

 

Después de algún tiempo volvió a pasar por ahí el forastero y quiso ir a saludar a su amigo el mercader.  Pero observó el lugar muy distinto con calles, aceras y edificios a lo que preguntó a un señor, quien era el dueño de este importante lugar.

 

 

-Yo soy el dueño, respondió el señor y añadió: - Este negocio me lo vendió una señora que estaba sola con sus hijos porque el esposo se había ido muy lejos a buscar diamantes  y no volvió más.

 

 

Entonces decidí cavar cerca del Oasis para buscar más agua y encontré una mina de diamantes, por eso ha progresado tanto este lugar.

 

 

 

 

 

 Recopilación: Luis Alberto Chinchilla Elizondo