sábado, 25 de octubre de 2008

Entrevista a Fabián Belo (James Mustaine).







Fabián Belo es Analista de Sistemas, Programador y Diseñador Web, Profesor de Música, Técnico Especialista Administrativo y Perito Mercantil.
Reside en Argentina, de nacionalidad desconocida y desarrolla diversas labores en el área de la informática.
Es un autor polifacético dueño de un estilo muy interesante que hasta la fecha nadie ha catalogado ni indexado con inflexibilidad. Publica sus obras que él mismo considera de naturaleza amateur bajo el pseudónimo de James Mustaine.



1) ¿Cómo fue tu acercamiento a la literatura?

De pequeño, cada vez que veía algún reportaje o documental televisivo relacionado con astronautas o algo concerniente al espacio exterior; embelesado me quedaba, admiraba y digería cada detalle.
Al abandonar lenta pero seguramente la casi inexistente infancia, justo cuando la amenaza del tiempo sentenció una entrada prematura a la adolescencia, aún seguía con aquella obsesión. La misma derivó en sublime obcecación por ser astronauta.
No pudo ser. No podrá ser.

Exactamente lo mismo me ha ocurrido con la literatura, sólo que en este caso es mucho más fácil conseguir el objetivo.
Desde que he aprendido a separar el instinto del raciocinio, adoro leer. Soy fiel creyente de que toda lectura, por más banal y fútil que parezca; es enriquecedora.
Por ello, y siguiendo el mismo patrón obsesivo de marras; penetré la experiencia de escribir.
En un principio espoleado por haber descubierto producciones de escaso nivel artístico, más que nada en canciones que traducía del inglés, ya que en mi idioma nativo la oferta era aún más decepcionante.
Lo subsiguiente fueron sucesivos eslabones de experiencias que contemplaron sobre todo intercalar lectura con pariciones, pero jamás imitando estilos; creo que aunque quisiera hacerlo me estaría negado.



2) ¿Cuáles son los temas que te inspiran para escribir?

Dado que abordo sinfín de tópicos, me es bastante difícil definir una preferencia. Cuando me apetece escribir algo, lo vuelco y punto; no me detengo a pensar que temática estoy abarcando; no obstante; y si echo un vistazo general a todo lo escrito hasta ahora; sin dudas resalta “el ser” y todas sus virtudes y afecciones, mayormente recitadas en prosas surrealistas a las que alguna crítica han tildado de muy intrincadas, lo que también ha incitado a varios a asociar una especie de pseudo-ontología a mis laberintos espirituales, allá ellos; yo sólo escribo.

Confieso que también disfruto mucho cuando me desaguo con relatos de lo absurdo, lo cruel y lo sarcástico mezclando frecuentemente mi instinto innato de protesta hacia una sociedad que tengo que soportar por haber nacido en la época equivocada; siendo mi fuerte la prosa y/o el relato breve; aunque no dejo de lado la poesía.

En ambos casos ignoro por completo los cánones o métricas preestablecidos, escribo lo que me apetece y cómo me parece. No puedo quejarme de cierta aceptación que no busco. Aparece, aún cuando el lector se siente profundamente insultado por la crudeza de determinadas obras.


3) ¿Qué opinas acerca de los portales literarios en Internet?

Son la evolución lógica y necesaria de los ateneos, con la salvedad de que el ambiente virtual deja más espacio a lo irrelevante, indecoroso, plagiador e impresentable; que no es poco.
El supuesto anonimato, que cada día es menor; estimula a gran cantidad de exponentes protervos a presentarse “en sociedad” esgrimiendo obras dignas del mayor desprecio. Pero en contrapartida, Internet ofrece muchas más satisfacciones que decepciones en este sentido.
También hay que dejar claro que los que sienten afinidad por expresarse en alguna veta artística, aún no aprovechan todas las posibilidades que este medio ofrece, en algunos casos por simple ignorancia/desconocimiento, en otros por testarudez, resistencia estúpida a la evolución tecnológica.

4) ¿Cómo es la situación literaria en Argentina?

Al no estar convenientemente inmerso en el mundillo nacional, no podría evaluar con corrección tal situación, sin embargo, me cabe decir que Argentina puede vanagloriarse de albergar los que personalmente considero diamantes en bruto, dejando a un lado la poesía la cual, a mi entender, carece de genialidad. Aunque también conviene señalar que mentada genialidad por regla general aparece únicamente post mortem.

5) ¿Cuáles son tus autores preferidos? ¿Qué lecturas recomiendas?

No tengo autores favoritos. Es cierto que alguno me ha seducido más que otro, pero, al igual que en las demás artes, no podría dedicar mi devoción a unos pocos prodigios.
Friedrich Wilhelm Nietzsche ha gozado de mi lectura en forma especial por algún tiempo, la exquisita metafísica de Lobsang Rampa (Cyril Hoskin) es digna de reseñar. Henry-François Rey, Marcel Proust…, sería aburrido seguir. Como ves, no me adoso a lo más nombrado.

De autores contemporáneos muy poco que reseñar. La gran mayoría me parece alimento de retrete, Isabel Allende, Paulo Coelho, Camilo José Cela; por mencionar lo primero que me viene a la cabeza, son basura baladí mercantilista.

¿Recomendar? Nada. Lo importante es leer, siempre tener algo a mano, como decía al principio, por más banal o fútil que parezca la producción; si llena, hay que leer.
La escritura ha sido el invento más relevante de la humanidad, aprovechémoslo.

6) ¿Qué consejos daría a los jóvenes escritores?

No me gusta dar consejos. Aunque fuese alguien considerado altamente calificado para hacerlo. Si acaso compartiré un par de aspectos que me parece hacen que una obra sea buena, más allá de tener o no escuela literaria.

Ante todo creo que no existe el escritor profesional, una vez que se lo tilda de profesional deja de ser escritor.
Existe la pureza de un texto cuando su autor no medita lo que va a escribir, simplemente vuelca la desnudez de ese momento en la obra receptora, y para ello es absolutamente imprescindible la imaginación, sin ella el producto no vale nada, sin ella se acaba inexorablemente en la más pulcra imbecilidad.
La imaginación es una resultante directa del miedo, de cualquier miedo; entonces podría decirse que aquel que sea portador de un miedo atroz a algo hará que su imaginación se dispare creando cosas que ni él mismo puede creer una vez terminada la incursión.

Por otro lado y para no extenderme mucho más; el uso generoso de los recursos de nuestro lenguaje, el más rico del planeta; es de suma importancia; todo ello arropado por una sana ortografía, gramática y puntuación.
Es lastimoso y hasta desagradable ver escritos en donde puede verse un talento que anida en ellos pero manchados por la falta de los tres últimos ingredientes.
En lo personal, cuando me encuentro ante tales abortos, por más bueno que sea el contenido; lo desecho. Es mi forma de castigar al autor. De más está decir (o no) que hablo de las producciones “en crudo” ya que al pasar por una editorial todo se retoca.


7) ¿Cómo y dónde se pueden adquirir y/o leer sus obras?

He ignorado una propuesta de publicación hasta la fecha, en consecuencia no he publicado absolutamente nada en formato convencional.
Desde 1.995, año en que empecé a compartir mis escritos, mantuve mi extraña lógica determinante de privar de tal vejación a lo creado.
Lo cierto es que mi parecer ha cambiado y es posible que en 2.009 edite los dos primeros libros, sin editorial; no soporto algunas “exigencias” que en la ocasión mencionada pusieron sobre la mesa.
Una muestra abanicada de mis laberintos se puede ver en mi sitio web: http://www.fabianbelo.com.ar/